Algunas veces cuando estamos muy metidos en el trabajo y nos concentramos en ganarnos la vida empezamos a perder fé en la gente y vemos que la gente viene y vá y nadie nos trata como humanos sino como autómatas y llegamos a sentirnos en la oficina como parte del el mobiliario. Y el mundo de repente empieza a parecer un lugar tan frio y usted se empieza a sentir solo, aun rodeado de gente.
Pero que agradable es cuando llega algún compañero o cliente o conocido y nos invita a compartir de su hierba, no es que nos falte la hierba pero el hecho de compartir ese momento de meditación y tener alguien con quien compartir esas revelaciones que nos llegan desde lo más lejano de el Universo es una buena experiencia, es mejor el viaje acompañado.
Esas profundas charlas sobre el significado de la vida o simplemente ponerle atención a algún anuncio que dura horas, mientras recorremos los lugares más lejanos de nuestra mente. Aunque uno de mis favoritos es descifrar los mensajes de las canciones y los progamas de TV.
Cuando hemos tenido la dicha de disfrutar estas reuniones cannabicas y hemos compartido tanta sabiduría y conocido tantos puntos de vista diferentes. Debemos de pasarlo a otros, no dejarlo solo para nosotros, el compartir el cannabis es una bendición de Dios para el hombre. Me imagino antes que se satanizara esta hierba los hombres recibían de los mayores sabiduría en reuniones cannabicas, que nadie vía con malos ojos si no era una forma de crear lazos de afecto entre los miembros de la sociedad.
Esperemos que los gobiernos sigan el camino hacia la legalización pero por mientras, Comparta su Hierba y lleve un poquito de alegría a alguien sin impotar si es amigo o desconocido.
Nuestro futuro depende de lo que hagamos hoy.
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